jueves, 19 de noviembre de 2009

NON SONO DJ, FACCIO LA DJ (parte1)

Si mi madre comenzaba a revolucionar el armario y el calor camino de la piscina era insoportable, sabía que el viaje a la playa estaba cerca.
Parapetados de sombrilla, maletas y bocadillos de jamón “del bueno” comenzaba el viaje a Peñiscola, me acomodaba y estiraba en el asiento de atrás-concesiones de ser hija única- y me preparaba a dormir durante todo el viaje hasta la correspondiente parada cultural del recorrido seleccionado en esa ocasión. Entre la larga siesta y la corta edad, estos altos en el trayecto me confundían de tal manera que para mi Los Amantes eran de Toledo, el Torico de Cuenca, en Numancia había casas colgantes y Teruel era un antiguo fuerte, símbolo de la resistencia contra los romanos…
Instalados ya en la habitación, helado en mano, orquestilla del apartahotel tocando pajaritos a volar…había llegado el momento, miraba a mi alrededor y estudiaba las posibilidades de los distintas pandillas, una vez descartados los que parecían más inaccesibles o aburridos, los grupos sólo de chicos y los de los más mayores, me dejaba limpiar los restos del helado por mi madre, ella me miraba con confianza y aprobación y comenzaba mi expedición.
Dabas varias vueltas al grupo en cuestión hasta que adquiría una mayor confianza y me aproximaba para preguntar de corrido sin hacer ninguna pausa: “Holapuedoservuestraamiga”…y ya estaba, sin más ya tenía una nueva docena de camaradas…


Semanas antes de mi viaje a Milán mi propia imagen de cría -adornada con algún personaje de Disney y pantalones floreados que difícilmente cubrían mi obesidad infantil- me “iluminó” sobre la posibilidad de recurrir a esa vieja costumbre para servuestraamiga cuando me encontrara en mi nuevo destino; eran sólo tres meses y las posibilidades de ocio tantas.
Descarté la modalidad de invasión bárbara, de frente sin ninguna planificación previa ni posibilidad de maniobra ante el refuto de los nativos, por una estrategia más elaborada y tal vez menos ingenua.
Así es como Selenita, Vero y yo poniendo discos y bebiendo copazos en la Rúa y en La Piedra- bares de Valladolid- nos convertimos en un colectivo, todo pub por encima de Madrid pasaba a ser norte de España y desempolvar nuestra colección de cds de chicas guerreras se transformaba en una “excelente selección musical”…me puse en contacto con uno de los bares de moda de Milán y ese mismo día tenía fecha, en mi primer fin de semana milanés el colectivo “Listen to the grrrl”(1) ponía música en el Atomic Bar…( http://www.atomicbar.it/ )



(1)Grrrl, que no girl, en referencia al movimiento musical Riot Grrrl, banda sonora de mis primeros años universitarios( http://es.wikipedia.org/wiki/Riot_grrrl )